Entre a mi pago sin golpear… Santiago del Estero donde el Folklore une las almas

Santiago del Estero, la provincia argentina con el secreto mejor guardado, no se promociona con lujos ni paraísos terrenales. Su verdadero encanto reside en una hospitalidad que transforma a cada visitante en un amigo, un miembro más de la familia santiagueña. Aquí, la frase «entre a mi pago sin golpear» no es solo un dicho popular, es la esencia misma de su gente.

Apenas se pisa esta tierra bendita, el santiagueño se convierte en anfitrión de corazón abierto. No hacen falta banquetes ostentosos ni preparativos complejos. Un pan casero, una carne asada improvisada y un buen vino, el elixir perfecto para acompañar la tertulia, son más que suficientes para agasajar a quien cruza su umbral. La sencillez es la clave, y la calidad anfitriona del santiagueño es proverbial, puesta a prueba con una naturalidad que desarma.

La Marcha de los Bombos: Un Grito de Identidad y Unión

En el corazón de esta hospitalidad late el folklore, y en Santiago del Estero, el bombo legüero es mucho más que un instrumento: es el latido de su identidad. Cada año, la Marcha de los Bombos es la máxima expresión de esta conexión profunda. Miles de bombos repican al unísono, no solo para celebrar la música, sino para reafirmar la unión de almas que define a esta provincia. Es un peregrinaje sonoro que convoca a santiagueños de todas las generaciones, unidos por el orgullo de sus raíces y la alegría de compartir su cultura.

Los festejos en Santiago del Estero trascienden lo meramente festivo. Son encuentros donde la música, la danza y la gastronomía se entrelazan con historias ancestrales y la calidez de la gente. El bombo, con su resonancia profunda, convoca a la copla y la chacarera, invitando a todos a sumergirse en un universo donde el pasado y el presente se encuentran en cada nota. En cada celebración, se palpa esa particular unión de almas que solo Santiago del Estero puede ofrecer, un lazo inquebrantable que se teje al calor de un fogón, bajo el cielo estrellado y al compás inconfundible del bombo.

Quien visita Santiago del Estero tiene garantizados momentos imborrables, no por sus atractivos turísticos convencionales, sino por la genuina experiencia de ser recibido con el corazón abierto, donde la tradición y la hospitalidad se funden en una invitación constante: «entre a mi pago sin golpear».