Añatuya despide a un hombre que marcó una época: Oscar Cisek, el alma de las fiestas
Añatuya se viste de nostalgia. La ciudad despide con profundo pesar a Oscar Cisek quien falleció a la edad de 67 años. Un hombre que no solo fue parte de su historia, sino que ayudó a escribirla con luces, colores, música y alegría.
Durante más de cuatro décadas, Cisek fue sinónimo de celebración. Desde los años ’80, cuando se animó a soñar en grande y fundó la primera empresa de catering y organización de eventos en Añatuya, hasta sus últimos años de actividad, su nombre se volvió inseparable de cada boda, cumpleaños de 15, egreso o reunión social que marcó a generaciones enteras.

Hay familias que pueden contar cuatro generaciones que celebraron sus momentos más felices bajo su impronta. Desde Suncho Corral hasta Bandera, pasando por Los Juríes y Colonia Dora, miles de personas vivieron alguna noche mágica creada por Oscar Cisek.
Fue un pionero. En tiempos donde las fiestas eran sencillas, él trajo la innovación, el detalle y la elegancia. Transformó los salones con decoraciones audaces, llenas de vida y frescura, reflejando su amor por las plantas y la naturaleza. Fue el primero en presentar shows gastronómicos, en convertir la comida en espectáculo, y en hacer del servicio un arte.

Pero más allá del talento, lo que distinguía a Cisek era su generosidad. Supo compartir su conocimiento, enseñar su oficio y abrir caminos. Muchos de los actuales organizadores, decoradores y animadores de eventos de la región aprendieron de él. Fue mentor, guía y ejemplo de compromiso con la excelencia.
Su creatividad también dejó huella en la ciudad. Durante la gestión del intendente Pololo Nuevo, trabajó junto al arquitecto Roldán en el diseño de la primera cuadra de la actual Avenida España, hoy Paseo Mónica Díaz, donde su sentido estético y su amor por el verde quedaron plasmados en el espacio público.
Oscar Cisek fue, sin dudas, un artista de la vida. De esos que embellecen lo cotidiano, que hacen de la alegría un oficio y del esfuerzo una marca personal.
Hoy Añatuya lo despide con gratitud. Porque detrás de cada aplauso, cada vals y cada brindis que alguna vez compartimos, estuvo su toque invisible, su pasión por celebrar la vida con elegancia, creatividad y amor.
Su legado sigue vivo en cada fiesta, en cada flor, en cada sonrisa. Oscar Cisek marcó una época… y su huella será eterna.

 



 
 
 
 
 
 
 
 
 