El Hospital de Quimilí marca el camino de la salud pública del interior provincial con estas cirugías
En un hecho que refleja el fortalecimiento del sistema de salud en el interior santiagueño, el Hospital Zonal de Quimilí continúa realizando intervenciones quirúrgicas programadas con equipamiento de última generación. La directora del nosocomio, Dra. Mirtha Mendoza, informó que recientemente se concretaron cirugías por videolaparoscopia de vesícula biliar (colecistectomías) y correcciones de eventraciones abdominales, gracias al nuevo equipo quirúrgico adquirido con el apoyo y la gestión de la Dra. Graciela Alzogaray, directora del Interior del Ministerio de Salud de la Provincia.
El equipo responsable de las intervenciones estuvo integrado por el Dr. Agustín Coronel (cirujano), el Dr. Jorge Villegas (anestesiólogo), la instrumentista Emilse Díaz, y las enfermeras Roxana Vizgarra y Teresa Giménez.
Estas cirugías, realizadas a pacientes de Quimilí y localidades vecinas, permiten evitar traslados a centros de mayor complejidad, reduciendo los costos y el desarraigo familiar. Los pacientes son dados de alta al día siguiente, con controles ambulatorios locales, lo que mejora la recuperación y el acompañamiento social.
El Hospital de Quimilí se consolida así como un referente de atención integral en la región, en línea con otros centros del interior como los de Pinto, Fernández, Monte Quemado, Añatuya, Frías, Termas, Loreto y Ojo de Agua, que también realizan cirugías y fortalecen la red sanitaria provincial.
La descentralización de la salud es, sin dudas, una de las políticas más valiosas de los últimos años en Santiago del Estero. Que hospitales como los de Quimilí, Pinto o Fernández cuenten con capacidad quirúrgica propia significa acercar la medicina de calidad al ciudadano común, sin importar su lugar de residencia.
Cada cirugía realizada en el interior no solo es una intervención médica: es un acto de justicia social. Detrás de cada paciente que evita viajar cientos de kilómetros hay una familia que se ahorra gastos, ansiedad y tiempo. La incorporación de tecnología y profesionales capacitados demuestra que la salud pública puede y debe ser sinónimo de dignidad y equidad.
El camino iniciado debe sostenerse: equipamiento, formación continua y trabajo en red.





