Mailín: Donde la Fe mueve montañas y cura el alma
La Ruta de la Esperanza: Miles de Corazones Hacia el Cristo Forastero
Con los pies cansados y la esperanza renovada, miles de peregrinos se congregan en la Villa de Mailín, movidos por una fe inquebrantable en el Señor de los Milagros. Es un testimonio conmovedor de devoción, donde cada paso, cada oración, y cada lágrima derramada en el camino, resuenan con historias de promesas cumplidas, gratitud por la salud, el trabajo y la familia, y la profunda necesidad de renovar el espíritu frente a la imagen del Cristo Forastero.
La Fe que Mueve Montañas
Desde los rincones más diversos de Santiago del Estero y de provincias lejanas, los fieles emprenden un viaje de cientos de kilómetros. La Ruta Nacional 34 se convierte en un río de humanidad, donde grupos caminan juntos, entonando cánticos y compartiendo el frío, mientras otros, solitarios, se cubren con banderas que proclaman su devoción. Las rondas de oración espontáneas a la vera del camino son un recordatorio palpable de que la Fiesta Grande del Señor de los Milagros es, en esencia, la manifestación más pura de la fe en sus múltiples formas. Cada peregrino carga una historia única, un motivo personal que lo impulsa: la promesa por un favor concedido, la gratitud por un año más de vida, o la simple necesidad de encontrar consuelo y esperanza.
Un Llamado a la Vigilancia en el Camino
Mientras la Villa se prepara para recibir a una multitud, con los puesteros dando vida a las inmediaciones del templo y el Templete, y largas filas de devotos aguardando para tomar gracia frente a la Cruz, es imperativo recordar la importancia de la precaución en la ruta. La afluencia masiva de peregrinos, muchos caminando a pie, ya sea en grupos o en solitario, hace que la seguridad vial sea una prioridad. Es fundamental que tanto los conductores como los caminantes extremen las precauciones para evitar cualquier incidente. La fe nos guía, pero la prudencia nos protege.
El tradicional traslado de la Cruz al Árbol Histórico ha marcado el inicio de los actos centrales, y con ello, la llegada incesante de fieles que, con el corazón abierto, buscan la bendición y el amparo del Señor de los Milagros de Mailín. Que esta Fiesta Grande sea un faro de esperanza y un recordatorio de la fuerza inquebrantable de la fe.
