¿La pobreza baja en Argentina?
La tasa de pobreza en Argentina registró una fuerte caída en el segundo semestre de 2024, según fuentes oficiales, pero los datos revelados este lunes y celebrados por el Gobierno de Javier Milei representan solo una parte de la compleja realidad social del país.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), la tasa de pobreza se ubicó en 38,1 % en la segunda mitad de 2024. Esto representa un descenso de 14,8 puntos porcentuales respecto al 52,9 % registrado en el primer semestre de 2024, el nivel más alto desde 2003. En comparación con finales de 2023, la pobreza también bajó 3,6 puntos.
Asimismo, la tasa de indigencia se situó en 8,2 %, reflejando una reducción de 9,9 puntos respecto al primer semestre de 2024 y de 3,7 puntos en la comparación interanual.
El Gobierno de Milei destacó la mejora de los indicadores sociales tras un primer semestre de 2024 marcado por una inflación elevada y un severo plan de ajuste fiscal y monetario. La desaceleración inflacionaria fue clave en estos resultados, pasando de un pico interanual del 289,4 % en abril a un 117,8 % en diciembre.
Limitaciones de los datos oficiales
A pesar de la mejora en las cifras, el cálculo oficial tiene limitaciones. La metodología del Indec solo incluye los 31 centros urbanos más grandes del país, lo que representa 29,8 millones de personas sobre una población total de 47 millones. Esto significa que las ciudades pequeñas y zonas rurales, donde la pobreza puede tener otras características, no están reflejadas en las estadísticas.
Otra cuestión se relaciona con la forma en que el Indec mide la pobreza, basándose solo en los ingresos y su relación con el valor de la canasta básica de alimentos y servicios, que varía cada mes debido a la inflación. Sin embargo, algunos expertos cuestionan esta metodología, argumentando que las canastas utilizadas están desactualizadas y no reflejan fielmente los gastos actuales de los hogares, como el incremento en tarifas de servicios públicos o el costo de alquileres, que afectan a un 40 % de la población.
Según el Observatorio de la Deuda Social (ODSA) de la Universidad Católica Argentina, el peso de los gastos fijos en los hogares ha aumentado significativamente, lo que significa que las mejoras en el ingreso familiar real no se traducen necesariamente en un mayor bienestar.
Los «casi pobres» y la crisis estructural
El economista Alfredo Serrano Mancilla, director ejecutivo del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica, señala que «Argentina está experimentando una transformación estructural en la distribución del ingreso, con una clase media que se reduce rápidamente y un gran sector de la población que está al borde de la pobreza».
Este grupo de «casi pobres» tiene ingresos apenas por encima de la línea de pobreza, pero vive en condiciones similares a quienes son considerados formalmente pobres. Si se suman ambos grupos, el 80 % de la población argentina enfrentaría una situación de vulnerabilidad económica.
Un ejemplo de esto son los jubilados, quienes cada miércoles protagonizan protestas en Buenos Aires debido a que sus ingresos apenas superan la línea de pobreza oficial, pero representan solo un tercio del costo de la canasta básica calculada por la Defensoría de la Tercera Edad.
Desigualdad territorial en la pobreza
Buenos Aires, a pesar de concentrar gran parte de la problemática social, no es la ciudad más pobre del país. En lugares como Resistencia, Chaco, la pobreza afecta al 60,8 % de la población, reflejando la gravedad de la crisis en distintas regiones del territorio argentino.
En síntesis, aunque los indicadores oficiales reflejan una caída en la pobreza e indigencia, la realidad de muchos argentinos sigue marcada por la precariedad económica, el desempleo y la falta de acceso a servicios esenciales. La mejora en los números no necesariamente implica una mejora en la calidad de vida de la población.
Creado:
1 abril, 2025