«Quimilí despide a ‘Pachu’ Juárez con danza, emoción y un último adiós carnavalero»
El baile de la escuadra “Profesía” se convirtió en un último homenaje lleno de sentimiento y emoción para despedir a Nicolás «Pachu» Juárez. A las 18:00 horas, el cortejo fúnebre partió desde la sala velatoria hacia el cementerio local, acompañado por una multitud de familiares, amigos, integrantes de las comparsas Profecía, Aimara, Libertad y Samba Total, y vecinos de la comunidad. Con profundo dolor y respeto, Quimilí despidió a un joven que dejó su huella en los carnavales.
La alegría y el color de los Corsos de Quimilí se vieron opacados por una triste noticia: el fallecimiento de «Pachu» Juárez, un destacado bailarín de la comparsa Profecía. Horas antes, la ciudad había vibrado con la magia del carnaval, sin imaginar que la tragedia golpearía a la comunidad.

Juárez, quien era parte del grupo masculino de la prestigiosa comparsa, sufrió una descompensación en la mañana del mismo día. Fue trasladado de urgencia al hospital local con convulsiones y, debido a la gravedad de su estado, derivado al CIS Banda, donde lamentablemente perdió la vida.
Sus restos arribaron a Quimilí a las 23:15 horas y fueron velados en la Sala Manzino. Durante la despedida, integrantes de diversas comparsas se acercaron para rendirle homenaje, con trajes, banderas y bailes que reflejaron el espíritu festivo que él representaba. La danza, en esta ocasión, no fue solo un acto de celebración, sino una expresión de amor y respeto, un ritual para que su alma descanse en paz.
El Corso de Quimilí, que en los últimos años se había consolidado como uno de los eventos más emblemáticos de la provincia, cierra esta edición con un sentimiento agridulce. La comunidad, sumida en el luto, recuerda a Juárez como un verdadero embajador de la pasión carnavalera, un artista que vivió con intensidad cada compás de la música y cada paso de baile.
En este último adiós, el sonido de los tambores, el brillo de los trajes y la emoción de sus compañeros fueron testigos de la despedida de un soñador que, sin duda, seguirá bailando en el corazón de Quimilí.





