La educación pública en Santiago del Estero y el legado del Colegio del Centenario a 108 años de su fundación
a historia del Colegio del Centenario, inaugurado el 25 de mayo de 1916, se entrelaza profundamente con el proceso de modernización educativa que vivió Santiago del Estero a principios del siglo XX. Su creación no fue un hecho aislado, sino parte de una estrategia estatal ambiciosa orientada a ampliar el acceso a la educación pública, laica y científica en una provincia que luchaba por erradicar el analfabetismo y consolidar una ciudadanía instruida.
En este contexto, figuras como Antenor Álvarez, desde su rol político entre 1913 y 1916, impulsaron una verdadera revolución educativa al crear más de un centenar de escuelas laicas en todo el territorio provincial. Inspirado por el positivismo pedagógico de fines del siglo XIX, Álvarez entendía la educación como herramienta de transformación social y progreso. La construcción del Colegio del Centenario se inscribió dentro de esa visión: levantar una institución moderna, con infraestructura avanzada, destinada a formar docentes y jóvenes comprometidos con el conocimiento y el desarrollo del país.
Ubicado en el barrio Centenario, una zona obrera de la ciudad capital, el colegio surgió como respuesta a las demandas de una comunidad que pedía educación para sus hijos. La escuela fue concebida no solo como un espacio de instrucción, sino también como un centro de irradiación cultural y social. Contó desde sus inicios con biblioteca, laboratorio, salón de actos y un diseño arquitectónico acorde a las exigencias pedagógicas del momento, pensado para estimular el aprendizaje en ambientes iluminados, higiénicos y funcionales.
La Liga del Magisterio, una organización educativa con fuerte presencia en la época, desempeñó también un rol fundamental en la consolidación del modelo educativo provincial. Comprometida con causas sociales —como campañas contra enfermedades, el alcoholismo o la pobreza alimentaria—, representó el perfil del docente militante por el bien común, muchos de los cuales integraron el primer plantel del Colegio del Centenario.
El proyecto fue respaldado por intelectuales locales y nacionales. El presidente del Consejo de Educación, Ángel Frías, defendió la necesidad de una escuela centrada en las Ciencias Positivas y Sociales, con una clara orientación laica y democrática, en línea con la herencia del pensamiento de Absalón Rojas. La primera directora del Colegio, Isolina Figueroa, discípula de Francisca Jacques, garantizó una dirección pedagógica moderna y emancipadora, promoviendo la formación de maestras con sólida preparación científica y ética.
El Colegio del Centenario no solo se consolidó como espacio de formación docente, sino que también fue cuna de iniciativas pioneras. En 1917, por ejemplo, se lanzó allí la primera campaña ecológica de la provincia, una señal temprana de conciencia ambiental en un tiempo en que el extractivismo forestal avanzaba sin regulaciones.
A lo largo de sus más de cien años de historia, el Colegio del Centenario ha sido testigo y protagonista de la evolución del sistema educativo provincial. Representa, hasta el presente, una apuesta firme por la educación como motor de justicia social, democratización del saber y construcción de ciudadanía.
Creado:
21 mayo, 2025