Tres santiagueños, en la banda narco que cayó con 842 kilos de cocaína valuados en U$S 2.526.000
La organización era vigilada desde mayo de este año, cuando los gendarmes secuestraron 425 kilos de cocaína en Salta. Se supo que había una conexión con santiagueños. Todos eran monitoreados. Ahora, los atraparon con 4 cómplices y otros 417 kilos de la droga.
«BLANCOS NEUMÁTICOS»: Las siete ruedas de camión ocultaban 400 ladrillos de cocaína. Se sospecha que era producida en Bolivia, «enfriada» en Santiago y el destino Europa, vía puertos de Rosario o Barranqueras..
Tres santiagueños domiciliados en la ciudad de Quimilí, Moreno, y cuatro salteños lideraban una poderosa organización narco que entre mayo de este año y el pasado martes 2 de septiembre movieron 842 kilogramos de cocaína valuados en U$S 2.526.000, y que acaban de ser atrapados junto al cargamento por efectivos de Gendarmería Nacional.
Se trata de sujetos identificados como Marcos Martínez, su hijo Nahuel y José Pereyra, con residencia en los Bº Alomo y Calasanz, en Quimilí, distrito ubicado a 204 kilómetros de la ciudad Capital.
Junto al trío santiagueño, han sido procesados en Salta, Sergio Lezcano, Claudio Alarcón, Héctor Andolfi y José Sandalicce, por «transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes, en grado de coautores», según refrendó ayer la jueza Federal de Garantías de Tartagal, Soledad Hernández.
Para la fiscal Federal, Lucía Orsetti, y el auxiliar Matías Aguilera, los operativos del martes 2 fueron consecuencia de una causa iniciada el 8 de mayo, al caer una organización narcocriminal que conduce un empresario identificado como Néstor González, de 61 años (foto), que reside en Salvador Mazza, pero sus contactos en el bajo mundo serían de Bolivia.
Registrado en rubros impositivos de alquiler de salón de fiestas, venta minorista en minimercados e inmobiliario, sospechan que González (foto) comandaba una flota de camiones con dobles fondos capaces de realizar cargas de gran tamaño.
El 17 de mayo, los gendarmes allanaron una gomería que funcionaba en un galpón, en General Mosconi, Salta. Hallaron 425 kilos de cocaína camuflada en neumáticos de camiones y con el logo de Ferrari. Detuvieron a Jorge Bautista Ábalos, Eduardo Tizón y José Ruiz, quienes ya fueron procesados por «transporte y almacenamiento». El 29 de mayo, González, se entregó a la Justicia.
La Fiscalía advirtió que había más miembros de la banda. Estableció que los transportes siempre se hacían con un camión y dos camionetas, como «coches puntero» y custodia. Más tarde, la extracción de celulares desnudó movimientos de vehículos y conexiones telefónicas, y se obtuvieron más informes de cámaras de seguridad y empresas de celulares.
Así fueron identificados Martínez, su hijo Nahuel, Sandalicce y Pereyra. También se reveló posibles lugares de paso y establecimiento en Salvador Mazza, en Joaquín V. González y Mosconi (Salta); en Quimilí, una finca y dos viviendas en Bº Alomo y Calasanz.
En Quimilí, los tres detenidos tenían a su disposición un camión Volvo y dos camionetas, una Toyota Hilux y una Volkswagen Amarok y, estiman, preparaban un nuevo transporte de estupefacientes.
Destinos: puertos de Rosario o Barranqueras
La hipótesis contundente de los gendarmes es que los 417 kilos de cocaína «viajaban» a Santiago del Estero, donde serían enfriados y reacondicionados para simular fachadas de exportación y llevados a los puertos de Rosario, Santa Fe, o Barranqueras, en Chaco.
Para los especialistas, la droga tenía como destino Europa o México. El mercado negro destaca que hoy el kilo de cocaína está valuado en U$S 3.000, en la región limítrofe del país; U$S 30.000 en Barcelona o Madrid y más de U$S 200.000 en Australia.
Como referencia los U$S 3.000, traducido a 842 kilos (entre mayo y septiembre), la calculadora destaca un negocio blanco global de U$S 2.526.000.
Siempre sobre la base de la investigación, los fiscales salteños tienen la certeza de que hay más involucrados. Pero también reconocen que desentrañar el entramado de todo el rompecabezas demandará más tiempo y la colaboración de otras jurisdicciones.
Una finca de Santiago que siguió Gendarmería para dar el golpe
Con los teléfonos intervenidos de Pereyra y los dos Martínez, la Fiscalía interceptó el paso de un camión el 25 de agosto en Quimilí. El transporte ingresó a una finca denominada La Esperanza, en la ruta provincial 92. Allí, permaneció por unas horas y salió con un semirremolque.
Paralelamente, y gracias a un gran despliegue realizado por distintas unidades de Gendarmería Nacional, se verificó el movimiento de las camionetas Toyota y VW Amarok, las que circulaban a modo de satélite del camión, el cual emprendió su recorrido al norte hasta llegar a la localidad salteña de Joaquín V. González.
En dicho municipio permaneció hasta el lunes 1 de septiembre. Siguió viaje hasta la localidad de Coronel Cornejo, al norte del departamento General San Martín, donde llegó alrededor de las 14 e ingresó a un camino alternativo, en el paraje Balbuena. Ya a las 19, el camión emprendió un nuevo viaje -ya de norte a sur-, por la ruta 34, detrás de la camioneta Toyota conducida por Sandalicce, acompañado por Andolfi.
Cuando el camión arribó el martes al control de Senda Hachada, sobre la ruta 34, a pocos kilómetros del cruce con la 81, les cerraron el paso los gendarmes. Como chofer iba Alarcón, con Pereyra (santiagueño) como acompañante. En la requisa superficial, con la ayuda de un escáner móvil, se detectaron cuerpos extraños en el interior de siete ruedas, sospecha que luego fue confirmada por un can antinarcóticos.
Tras la apertura de los neumáticos, cuatro colocadas en el camión y otros tres de auxilio, se hallaron 400 paquetes de cocaína, equivalentes a un peso de 417 kilos, lo que motivó la detención de los dos ocupantes del rodado y el secuestro del camión.
Más adelante, en la localidad salteña de Embarcación, fue interceptada la camioneta Toyota y apresados, Sandalicce y Andolfi.
Por otra parte, en el puesto de control de esa fuerza, en la localidad de Aguaray, se detuvo la VW Amarok, la que era conducida por Marcos Martínez y en la cual viajaban su hijo Nahuel (santiagueños) y Lezcano. Todos acabaron esposados y detenidos.
Les fueron incautados numerosos teléfonos celulares, antenas satelitales, documentación de interés, un vehículo Toyota, un revólver calibre 22 largo y una escopeta calibre 38, entre otras evidencias, enfatizaron los funcionarios.
Fuente El Liberal
Creado:
5 septiembre, 2025