Julio Castillo, el santiagueño que ofrendó su vida para salvar tres soldados
Julio Saturnino Castillo nació en el paraje de Malacara, ubicado a 32 kilómetros de Añatuya, Santiago del Estero, peleó en suelo malvinense y murió en combate, el 14 de junio de 1982 durante la guerra con Gran Bretaña por las islas Malvinas.
En la actualidad, un buque de la Armada Argentina lleva su nombre y se erigieron varios bustos en su homenaje, como un valiente combatiente que dejó todo su esfuerzo por la Patria.
En 1964 se incorporó a las Fuerzas Armadas como conscripto de la Infantería de Marina y en 1965 ingresó a la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina.
Con la jerarquía de suboficial segundo, el 8 de abril de 1982 marchó con su batallón, el de Infantería de Marina Nº5, hacia las islas Malvinas para defender Puerto Argentino.
Fue destacado como jefe de una fracción de la Cuarta Sección de Tiradores de la Compañía “Nácar”, en la ladera sudoeste del monte Tumbledown.
El suboficial Castillo padecía de una enfermedad crónica que bien le habría posibilitado no estar en el frente de combate; sin embargo, su sentido de la responsabilidad y cumplimiento del deber le hicieron pedir la autorización para regresar con su gente, luego de 2 días de internación.
Sangre convertida en acero
Por su valor en combate, la Armada Argentina bautizó con el nombre ARA “Suboficial Castillo” a un buque aviso incorporado al servicio el 7 de junio de 1994 y que actualmente integra la División de Patrullado Marítimo del Area Naval Atlántica, con asiento en la Base Naval Mar del Plata.
Un busto recuerda a Castillo en la Base Naval Mar del Plata, donde tiene apostadero el aviso que lleva su nombre.
En el año 2008, también se inauguró otro busto del santiagueño en la Escuela de Suboficiales de la Base Naval Puerto Belgrano.
Con valor y coraje
A las 2.30 de la madrugada del 14 de junio de 1982, el grupo del suboficial Julio Saturnino Castillo trataba de contener la segunda embestida enemiga habiendo ya rechazado la primera.
Con Castillo, estaban el cabo segundo Amílcar Tejada y el conscripto dragoneante José Luis Galarza.
Tres soldados británicos salieron corriendo detrás de un montículo rocoso disparando sus armas, alcanzando a Galarza.
Inmediatamente, el cabo Tejada giró la ametralladora MAG y comenzó a disparar, batiendo a los tres británicos.
En ese momento, el suboficial Castillo -al ver la forma en que su soldado había sido herido- salió de la protección del pozo de zorro. Fue allí cuando otros tres ingleses avanzaron hacia él desde una distancia estimada en unos 20 metros.
Intentó disparar su fusil, pero un tiro en el pecho lo empujó hacia atrás y murió.
Quiso recuperar a su dragoneante caído. Quiso pelear y peleó con valor y coraje.
Murió sin amilanarse, en combate, abriendo senda y transformándose en un vivo ejemplo para los infantes de Marina, para todo marino y para todo aquel que se precie de poseer ideales nobles y espíritu de sacrificio.
Castillo fue distinguido con la medalla “La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate”, la máxima condecoración del país.
Fue ascendido post mortem al grado inmediato superior, suboficial primero de Infantería de Marina.
Creado:
2 abril, 2022