El Potencial del campo santiagueño: Clave para el desarrollo regional y nacional
Si le sirve al Campo, le sirve a Santiago por Exequiel Santiago Pérez López
Santiago del Estero, una provincia con una riqueza natural y un vasto territorio apto para el desarrollo agropecuario, ocupa un lugar destacado en la producción agrícola nacional. Según los datos del ciclo 2022-2023, esta provincia se posiciona como la tercera mayor productora de maíz del país y representa el 11,3% de la producción de soja a nivel nacional. En términos de exportaciones, Santiago del Estero contribuyó con el 1,9% del total nacional, lo que equivale al 31,4% de las exportaciones del NOA en el primer semestre de 2024. Sin embargo, el campo en esta región enfrenta desafíos estructurales que limitan su potencial.
A pesar de estos impresionantes indicadores, el sector agropecuario de Santiago del Estero sigue siendo una actividad riesgosa, con dificultades que frenan su pleno desarrollo. El esfuerzo y compromiso de los productores son evidentes, pero sus demandas suelen pasar desapercibidas. Las necesidades del sector agrícola no son caprichosas; son esenciales para el crecimiento económico y social de la provincia y del país.
La urgencia de la desregulación y la reducción impositiva
Uno de los reclamos más relevantes del sector es la desregulación. La carga impositiva que enfrenta el campo santiagueño, especialmente el impuesto a los ingresos brutos, es una barrera para el desarrollo. La eliminación de este impuesto, junto con beneficios fiscales, aliviaría las finanzas de los productores, incentivando nuevas inversiones y estimulando la economía provincial. Además, es crucial facilitar el acceso a créditos accesibles para modernizar y expandir las explotaciones agrícolas, lo cual permitirá un crecimiento sostenible.
Descentralización para un desarrollo federal
Otro aspecto fundamental es la descentralización de los servicios gubernamentales, bancarios y administrativos, que actualmente están concentrados en la capital provincial. Este centralismo limita el acceso a recursos y oportunidades en el resto del territorio. La provincia debe avanzar hacia un modelo que considere la realidad de las comunidades rurales, cumpliendo el lema “El interior también existe” mediante una distribución equitativa de recursos y servicios.
Infraestructura: El pilar olvidado del progreso
El desarrollo del sector agropecuario también exige mejoras significativas en infraestructura. Santiago del Estero cuenta con 120 mil hectáreas de tierras bajo riego, lo que la convierte en la provincia líder en este ámbito en Argentina y la tercera a nivel mundial. Sin embargo, la falta de infraestructura, especialmente en riego y sistemas hídricos, limita su potencial. Además, la mejora de los caminos rurales y las vías férreas es crucial para reducir costos de transporte, permitiendo que los productos lleguen al mercado en condiciones óptimas y a precios competitivos.
La energía, base para la industrialización
La capacidad energética es otro desafío que enfrenta el sector. Sin un suministro de energía confiable y suficiente, el agregado de valor a los productos agrícolas mediante procesos de industrialización es inviable. La energía es el motor de la transformación, y sin ella, el campo sigue atado a una dependencia económica que frena el desarrollo y limita las oportunidades de empleo en las zonas rurales.
Un llamado a políticas de apoyo y facilidades
Para liberar el potencial del campo santiagueño, es imprescindible que las políticas y regulaciones faciliten, en lugar de obstaculizar, el crecimiento del sector. Los productores no piden trato preferencial; solicitan condiciones justas que les permitan producir sin trabas burocráticas y financieras. El campo de Santiago del Estero no solo alimenta al país, sino que es el sostén de miles de familias del interior. Apoyarlo es fomentar un desarrollo autónomo, sostenible y próspero para las comunidades rurales.
Santiago del Estero tiene el potencial de convertirse en un faro de productividad y bienestar. Pero, para lograrlo, es necesario actuar ahora, respondiendo a los desafíos que enfrenta el sector agropecuario. Un campo fuerte no solo impulsa a la provincia, sino que enriquece a toda la nación.
Por Exequiel Santiago Pérez López
Creado:
11 noviembre, 2024