Confiaron en el cómo si fuera un hijo y les robó $140 millones a sus suegros
En un pueblo donde el esfuerzo y la confianza todavía valen más que el dinero, una familia trabajadora fue víctima de una traición que no imaginaba: su propio yerno, a quien habían recibido casi como un hijo, les robó en silencio una fortuna que costó años de sacrificio.
Sergio Miranda Villarreal, un joven de apenas 22 años, fue denunciado por sustraer —gota a gota y durante meses— cerca de $140 millones del comercio familiar de materiales de construcción, ubicado en la intersección de las avenidas 25 de Mayo y Del Trabajo. El muchacho vivía con la hija del matrimonio damnificado y, en apariencia, compartía una vida sencilla. Pero las apariencias, como tantas veces, engañaban.
La fiscalía a cargo de Guillermo Farías y efectivos de la Policía local develaron una vida paralela: el joven había comprado una camioneta Amarok, tres motos de alta gama, un iPhone, veinte pares de zapatillas de marca y hasta se regaló un viaje a Brasil. Todo con el dinero que iba sacando del lugar donde sus suegros guardaban los ingresos diarios del negocio: una casa que compartía con su pareja.
Según relataron los afectados —de apellido López Coronel—, comenzaron a sospechar cuando notaron que el nivel de vida del muchacho no coincidía con sus ingresos. La madre de la joven fue quien enfrentó la verdad: se presentó en la vivienda y exigió la entrega del dinero. Allí, con nerviosismo, el joven confesó: «Desde hace tiempo que vengo sacando plata».
El botín estaba escondido en una valija, una mochila y dos bolsas de plástico. Solo se lograron recuperar alrededor de 60 millones. El resto, según la propia confesión del acusado, ya había sido invertido en su meteórico ascenso al lujo.
El escándalo no termina allí. La Justicia también detuvo a los padres del joven —un policía retirado y un ama de casa— acusados de ser cómplices en el encubrimiento o aprovechamiento del dinero robado.
Ahora, la familia damnificada lucha por recomponer no solo su economía, sino su fe en las personas. “Nos cuesta entender cómo alguien tan cercano puede hacer algo así. Duele porque no se trata solo de dinero, se trata de la confianza, de lo que uno construye con años de esfuerzo”, dijeron fuentes cercanas al caso.
Mientras avanza la investigación, Añatuya entera murmura la misma pregunta: ¿hasta dónde puede llegar alguien por ambición?
Creado:
19 abril, 2025