Villa Ojo de Agua celebra su 141° aniversario: historia, identidad y proyección
Villa Ojo de Agua cumple hoy 141 años de vida institucional, consolidándose como una de las ciudades más pujantes del sur de la provincia de Santiago del Estero. Rodeada por serranías, cascadas y lagunas, esta tierra bendecida por su belleza natural ha sido, desde tiempos ancestrales, un punto estratégico de encuentro, producción y circulación cultural.
Raíces ancestrales y legado colonial
Los estudios arqueológicos realizados en la región demuestran la importancia de Ojo de Agua como espacio de asentamientos comunitarios, sitios funerarios y manifestaciones de arte rupestre. Mucho antes de la llegada de los conquistadores, este suelo fue habitado por comunidades que dejaron una profunda huella cultural.
Durante la época colonial, el territorio fue entregado en mercedes de tierras a españoles y portugueses, priorizando la producción ganadera. Sin embargo, otra de las actividades fundamentales estuvo ligada al Camino Real, que desde Córdoba conectaba con Santiago y el Alto Perú. En este corredor histórico, Ojo de Agua tuvo un rol clave como centro de postas, abastecimiento y descanso de viajeros.
Desde la fundación de Córdoba en 1573, lugares como Portezuelo, Ambargasta y El Remanso fueron nodos vitales de tránsito. Durante las crecidas que inutilizaban el camino bajo, las postas serranas eran la única alternativa, permitiendo incluso el paso de San Martín y sus tropas en enero de 1814. Estos caminos también habrían sido recorridos por figuras como los jesuitas expulsos y la propia Santa Mama Antula, a la espera aún de mayor investigación documental.
Tradición y naturaleza viva
Los centenarios algarrobos y talas que todavía se encuentran en Ambargasta, El Remanso y otros rincones del departamento, son testigos de aquella intensa circulación de correos, carretas y rodeos de ganado. Su sombra protectora, símbolo de resistencia y belleza, se mantiene como parte del patrimonio natural y cultural de la región.
Desarrollo y modernidad
La vida de Villa Ojo de Agua estuvo siempre ligada al intercambio con el norte cordobés. Este vínculo se fortaleció en la década de 1930 con la llegada del Ferrocarril Central Argentino (luego Mitre), que impulsó la actividad económica y benefició especialmente a la estación Sol de Julio.
Los registros del diario El Liberal muestran que hacia mediados del siglo XX el departamento emergía con fuerza gracias a su producción ganadera, minera y turística. Así, la ciudad cabecera fue consolidando su rol como punto de referencia en el sur provincial.
Un futuro con memoria
A 141 años de su fundación, Villa Ojo de Agua sigue escribiendo su historia con la riqueza de su pasado, su cultura viva y sus bellezas naturales. Hoy es tiempo de profundizar el estudio de su economía, su sociedad y sus instituciones para que las comunidades construyan herramientas de proyección hacia un futuro de bienestar y armonía.
Por Alejandro Yocca – Director de Patrimonio Cultural y docente de la Licenciatura en Historia, UNSE
Creado:
25 agosto, 2025