Vicente Bokalik Iglic: la voz serena del norte argentino en la antesala del próximo Papa
En los pasillos de la historia reciente de la Iglesia Católica, hay voces que no gritan pero que dejan huella. Una de ellas es la de Monseñor Vicente Bokalik Iglic, arzobispo de Santiago del Estero, quien en estos días representa a la Argentina en uno de los momentos más trascendentales para la cristiandad: el cónclave que elegirá al sucesor del papa Francisco.
De raíces polacas, nacido en Buenos Aires pero profundamente santiagueño por adopción y vocación, Bokalik es un hombre de fe forjada entre la calidez del pueblo del norte y los silencios del altar. Su nombre no es de los que aparecen seguido en los titulares, pero su voz se ha vuelto insoslayable en este presente marcado por la despedida de un papa argentino y la búsqueda de un nuevo pastor para una Iglesia en transformación.
El pastor que escucha
A sus 72 años, Vicente Bokalik carga con una trayectoria pastoral atravesada por el diálogo, la cercanía con los más humildes y un profundo compromiso con el espíritu renovador que impulsó Francisco. “Francisco nos impulsó al encuentro de la gente… nos dio el ejemplo de encontrarse con todas las realidades, particularmente de los más sufrientes”, expresó recientemente en una entrevista.
Esta visión no es una simple declaración. En Santiago del Estero, una de las provincias más postergadas del país, Bokalik ha sido un puente constante entre la Iglesia y los olvidados. Ha caminado barrios, visitado comunidades rurales, acompañado a víctimas de la pobreza estructural con un estilo de liderazgo más pastoral que político. Su consigna es simple, pero poderosa: salir del templo y encontrarse con el otro.
Una mirada franca sobre el cónclave
En tiempos donde el mundo parece girar a un ritmo frenético y las expectativas por el nuevo papa se multiplican, el arzobispo santiagueño ofrece una perspectiva serena y realista:
“Es muy difícil pensar en esta época que haya otro papa argentino”.
Con esas palabras, no solo baja el tono de los rumores alimentados por el fervor mediático, sino que también pone el acento en el carácter verdaderamente universal de la Iglesia actual. “La Iglesia dejó ciertos centralismos… buscará gente de otros lugares”, reflexiona, aludiendo al legado de Francisco que promovió una apertura sin precedentes en la historia moderna del catolicismo.
Esa universalidad es hoy evidente en el cónclave que se celebra en Roma: 133 cardenales de 71 países distintos, muchos de ellos de regiones donde el catolicismo es minoritario. En ese escenario, la figura de Bokalik no se impone por ambición, sino por testimonio. Porque el verdadero liderazgo espiritual no se mide por cargos, sino por coherencia de vida.
El legado de Francisco, la misión de Vicente
La muerte de Jorge Bergoglio, el Papa Francisco, dejó un vacío difícil de llenar. Pero también sembró semillas. En muchos lugares del mundo, especialmente en América Latina, dejó sembrado un modelo de Iglesia más cercana, humana y abierta.
Bokalik lo sintetiza con claridad evangélica:
“Volvió a las fuentes… la misión de la Iglesia es evangelizar y llevar la buena noticia a todos”.
Ese llamado a volver al origen es, en esencia, un llamado a la humildad. Y nadie mejor que un arzobispo del interior argentino, de una tierra tan rica en fe como en necesidades, para recordarlo en los espacios donde se toman las grandes decisiones.
Un representante con acento santiagueño
Vicente Bokalik Iglic lleva a Roma no solo su historia personal y su fe, sino también el acento del monte, el calor del pueblo y la mirada del interior profundo. En su andar pausado se escuchan los ecos de comunidades que esperan, sueñan y creen. Su participación en el cónclave es un testimonio silencioso de que también desde los márgenes se puede hablarle al mundo.
Quizás no sea el próximo Papa. Tal vez ni siquiera figure en las quinielas vaticanas. Pero su presencia allí, junto a otros 132 cardenales, es un recordatorio poderoso: la Iglesia está viva, es plural, y aún se nutre del corazón de sus pueblos.
Y desde Santiago del Estero, su gente lo mira con orgullo. Porque en medio del humo blanco que algún día se alzará sobre la Capilla Sixtina, hay un poco del espíritu norteño argentino acompañando la elección de un nuevo pastor.
Creado:
6 mayo, 2025