INTA alerta sobre el impacto del riego en el cultivo de alfalfa en el Río Dulce
Un manejo inadecuado podría generar pérdidas de hasta 20 millones de dólares anuales en la provincia
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) presentó un exhaustivo informe técnico titulado “El impacto del manejo del riego en el cultivo de alfalfa en el Área de Riego del Río Dulce”, elaborado por los especialistas Ing. Gabriel Angella (riego y gestión del agua), Ing. Mónica Cornacchione (alfalfa), Ing. Ramiro Salgado (agua) y Lucio Auhad (INTA Santiago del Estero).
El estudio advierte que la eficiencia en el manejo del riego resulta determinante para la productividad de la alfalfa, cultivo estratégico en el Área de Riego del Río Dulce (ARRD), donde se concentran cerca de 20.000 hectáreas con un rendimiento promedio anual de 15 toneladas por hectárea.
Según el informe, una planificación deficiente del riego puede reducir los rendimientos en la misma proporción que el déficit de agua, generando pérdidas económicas que se estiman entre 10 y 20 millones de dólares anuales para la provincia.
El agua como factor clave de competitividad
El ARRD representa un núcleo vital para la producción agropecuaria provincial: allí se concentra más del 50% de la población de Santiago del Estero y se desarrollan actividades agrícolas y ganaderas que abastecen tanto al mercado local como nacional e internacional.
Sin embargo, el clima semiárido, con lluvias anuales de entre 530 y 600 mm frente a una demanda de la alfalfa de 1.200 a 1.500 mm, obliga a depender del riego como herramienta indispensable. Actualmente, el Sistema de Riego del Río Dulce funciona con turnos rotativos y caudales que, en la práctica, no logran cubrir las necesidades hídricas de los cultivos.
“El déficit hídrico no sólo reduce la productividad sino que también compromete la calidad del forraje, afectando directamente a la cadena ganadera que depende de la alfalfa”, subrayaron los investigadores.
Impacto directo en los productores
La alfalfa, con seis a ocho cortes anuales, es clave para sostener la actividad forrajera y ganadera. Bajo un manejo de riego eficiente, puede alcanzar rendimientos de hasta 20 toneladas por hectárea. Pero cuando las necesidades hídricas no son cubiertas, la producción se desploma y los productores pierden competitividad.
El informe también destaca que las condiciones de estrés hídrico, sumadas a limitaciones en la distribución del agua, se profundizan en años con lluvias por debajo del promedio. En 2023-2024, por ejemplo, en el Campo Experimental del INTA se registraron apenas 435 mm de precipitaciones, muy por debajo del promedio histórico de 580 mm, lo que agravó las restricciones del sistema de riego.
Un llamado urgente a optimizar el uso del agua
Los especialistas del INTA remarcan que mejorar la eficiencia del riego no sólo es una necesidad productiva, sino también estratégica para la economía de Santiago del Estero. Implementar tecnologías de nivelación, sistematización de lotes, control adecuado de caudales y una gestión más eficiente del recurso hídrico podría marcar la diferencia entre sostener la rentabilidad o perder millones de dólares cada campaña.
“El futuro de la producción forrajera en el Río Dulce depende de un cambio en las prácticas de manejo del agua. Optimizar el riego no es una opción, es una condición indispensable para asegurar la sustentabilidad y competitividad de la región”, concluye el documento.
Creado:
19 septiembre, 2025