Juan Carlos Carabajal: “Elpidio legó a la cultura nuestra un puñado de obras valiosas”

En sentidas palabras, el periodista, docente y compositor santiagueño, Juan Carlos Carabajal, evocó la obra del artista Elpidio Herrera, quien fuera homenajeado el pasado martes en el escenario Atahualpa Yupanqui de Cosquín.

Carabajal reconoció no solo su legado musical, sino también las personas que lo acompañaron siempre en vida, desde sus músicos, familiares y amigos, con quienes compartió gratos momentos. Así también los viajes, composiciones y otras andanzas que le permitieron conocer a un ser íntegro de grandes cualidades humanas y artísticas.

A continuación, compartimos el escrito completo que Juan Carlos lo hizo visible en su cuenta de Facebook:

“Con ese particular humor que lo caracterizaba, entre pícaro y burlón, Elpidio refería en círculo de amigos “que nos habían presentado 13 veces antes de que yo le llevara el apunte”.
Lo cierto es que la amistad se fue haciendo más firme con el paso del tiempo. Y mis vínculos con la querida Villa Atamisqui y con su familia, también, se hicieron más y más sólidos.

Su esposa Magui y los chicos Manolo, Rafa y Yuli; su hermano Bebe; los otros integrantes del conjunto Piri Leguizamón, Jorge Lami, Paschcu Chávez, Fredi Cisneros; más la camada numerosa de músicos jóvenes del lugar que lo tenían como referente. Todos ellos, digo, se incorporaron de a poco a mis afectos.

El martes 25 de enero las Sacha Guitarras, con Manolo Herrera a la cabeza, subieron al escenario de Cosquín en horario central y en el segmento dedicado a las provincias. La Televisión Pública captó los minutos del homenaje a Elpidio Herrera, con la puesta en escena de bailarines, los músicos de Las Sacha Guitarras y la participación especial de Horacio Banegas.
Con los años, nuestra asociación fue dando frutos. Escribimos canciones, algunas de repercusión en otros intérpretes como La Yachu Chiri (que elegí en 1982 como cortina del espacio Santiago, Guitarra y Copla, por LV11), Igual que pájaro herido, Atamisqueando, Lágrimas atamisqueñas y otras más.

Destaco especialmente los tempranos años en que lo conocimos. En mi familia estábamos deslumbrados por el sonido potente y dulce de su creación, la sacha guitarra. Mis hijos me refieren el encanto que les producía asistir a los ensayos en casa, con la musicalidad de Elpidio, su creatividad y frescura. Y su humor particular, siempre, que producía anécdotas y frases por nosotros repetidas.

A fines de los ´80 escribimos junto a él y otros talentosos coterráneos la obra integral religioso-musical La Misa Santiagueña y su complemento La Navidad Sachera (del monte). La obra nos llevó por los escenarios más diversos. La estrenamos en Navidad de 1988 en la Catedral Basílica de la capital santiagueña. Y aún hoy es cantada en fechas claves de la religiosidad, por diversos artistas dentro y fuera de nuestra provincia.

Elpidio mismo viajó a Alemania con su conjunto y mostró allí la obra, en los templos de aquel país. Tenía una relación muy fluída con el pueblo germano cuyo origen se basa en su amistad con Alberto Chupke, párroco de la Villa. Incluso trajo de allí una canción popular que solía tocar en nuestros escenarios.

Volviendo a la performance del martes pasado, mientras miraba las imágenes televisivas, pude sentir la magnitud de la obra del músico y luthier. Elpidio legó a la cultura nuestra un puñado de obras valiosas, una fiesta anual que en Julio convoca a miles, un museo que reúne su trayectoria y un universo variopinto de amigos cosechados en su años de trajinar caminos.

El recuerdo de su figura está ligada, también, a la de su hermano Bebe. A la de don Sixto Palavecino y el numeroso grupo del Alero Quichua. También a don Tomás Avendaño. Y a la del gran León Gieco que lo incluyó en sus discos “Semillas del corazón” y la magna obra “De Ushuaia a La Quiaca”.

Con estas palabras, quiero enviar un saludo a toda su familia y al pueblo atamisqueño”.