La Plaza Libertad de Santiago del Estero, es testigo de la historia de una ciudad

Santiago del Estero, la venerable “Madre de Ciudades” de Argentina, alberga una rica historia que se remonta a tiempos inmemoriales. Con sus raíces entrelazadas en la trama misma de la nación, esta ciudad ancestral ha sido testigo y protagonista de innumerables eventos que han marcado el devenir del país.

Desde tiempos precolombinos, Santiago del Estero fue un epicentro de civilización y cultura, habitada por diversas comunidades indígenas que dejaron su legado en las huellas de sus antiguas ciudadelas y en la memoria de las tierras que hoy llamamos hogar. Con la llegada de los conquistadores españoles en el siglo XVI, la ciudad vio nacer el germen de su identidad mestiza, una fusión de culturas que forjaría su carácter único y su papel destacado en la historia de Argentina.

En el corazón de Santiago del Estero late la Plaza Libertad, un emblemático espacio que ha sido testigo de los vaivenes de la historia y que conserva en sus entrañas los susurros del pasado. Una imagen coloreada nos transporta a una época pasada, antes de 1910, cuando la plaza lucía en todo su esplendor. En primer plano, emerge la majestuosa fuente de hierro fundido de origen francés, un símbolo de la belleza y el ingenio que maravillaba a quienes paseaban por sus alrededores.

Detrás de la fuente, se alza imponente la columna que sostenía la estatua de la libertad, rodeada por las esculturas italianas de mármol que representaban las cuatro estaciones. Estas obras de arte, con su elegancia atemporal, eran el reflejo de la diversidad cultural que caracterizaba a la ciudad, un crisol de influencias que convergían en armonía en aquel lugar sagrado.

Más allá, se vislumbra el Kiosco de la retreta, un símbolo de la vida social y cultural de Santiago del Estero, donde la música y el arte se entrelazaban para deleite de sus habitantes. Cada rincón de la plaza respiraba historia y tradición, recordándonos que somos herederos de un legado que traspasa las fronteras del tiempo.

En 1910, la pirámide de la Libertad fue retirada de la plaza para dar paso al monumento al General Belgrano, un nuevo capítulo en la historia de la ciudad que simbolizaba su continua transformación y evolución. Sin embargo, los vestigios del pasado perduran en la memoria colectiva, recordándonos que Santiago del Estero es mucho más que una simple ciudad; es un tesoro vivo de la historia argentina, cuyas raíces se hunden profundamente en el suelo fértil de nuestra identidad nacional.