Julio Saturnino Castillo el santiagueño que murió por la Patria
Julio Saturnino Castillo nació el 19 de agosto de 1943 en el pueblo de Malacara, departamento Taboada, en la provincia de Santiago del Estero. “La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate”
Muerto en combate durante la batalla de Tumbledown, el Suboficial Primero (post mortem) Julio Saturnino Castillo es uno de los héroes de la Patria y de la Infantería de Marina cuyo cuerpo descansa en el cementerio de Darwin, como recuerdo permanente para nosotros de una causa que aún no terminó.
Sus jefes y compañeros lo definen como un ejemplo de líder. Aquel que invitaba a sus conscriptos a comer con su familia y que en el frente de batalla siempre estuvo a su lado para acompañarlos, para defenderlos, incluso dando la vida por ellos.
Julio Saturnino Castillo nació el 19 de agosto de 1943 en el pueblo de Malacara, departamento Taboada, en la provincia de Santiago del Estero. Ingresó a la Escuela de Suboficiales de Infantería de Marina el 1º de agosto de 1966, iniciando así su carrera naval que lo llevaría por diversos destinos.
El 2 de abril de 1982 nuestro país recuperó las Islas Malvinas y el Reino Unido de Gran Bretaña envió al archipiélago una fuerza de tareas que tenía como objetivo expulsar a los argentinos de su territorio. Ese año lo encontró a Castillo destinado en el Batallón de Infantería de Marina Nº 5 (BIM5).
Éste, con asiento en la ciudad de Río Grande, fue una de las unidades destacadas para operar en Malvinas; el Suboficial Castillo integró la 4ta Sección de la Compañía Nácar, que conformaba el dispositivo defensivo argentino al este de la Isla Soledad, en proximidades de Puerto Argentino.
Debido a que padecía epilepsia, durante la estadía del Batallón en las Islas tuvo que ser internado un par de días. Al reponerse pidió regresar con su gente, requerimiento que fue aceptado por sus condiciones de mando y valentía. Su jefe inmediato, el Teniente de Fragata IM Carlos Daniel Vázquez, al recordarlo tiempo después reproducía las palabras dichas por el Suboficial: “Señor, de aquí no me quiero ir hasta que no hayamos terminado de hacer lo que tenemos que hacer… luchar…”. Castillo estaba convencido de que con sus acciones en el puesto de combate colaboraba con la recuperación de las Malvinas.
Durante la noche del 12 de junio la presión británica fue en aumento y se produjo un duelo de artillería cuyos fuegos se fueron incrementando, batiéndose con las consiguientes bajas y destrucción de posiciones. Esto anticipaba con mayor firmeza que se avecinaban los momentos más críticos.
El ataque principal lo sufrió la 4º Sección de la Compañía “Nácar” en el extremo oeste de Tumbledown, a cargo del Teniente de Corbeta Vázquez. El mismo comenzó con un asalto a bayoneta en las últimas horas del 13 de junio por parte del 2º Batallón de la Guardia Escocesa y una Compañía del 7º Regimiento Gurkha que también atacó la posición. En las primeras horas de la madrugada del 14 lanzaron sucesivamente dos asaltos más a bayoneta, con las restantes compañías del 2º Batallón.
Durante esa noche, el Jefe de Sección, luego de consumir 54 proyectiles de su mortero de 60 mm disparando sobre su propia posición, solicitó el apoyo de fuego de los morteros de 81 mm., de 106,6 mm., de la Batería de Artillería “Bravo” y del Grupo de Artillería Aerotransportado 4 del Ejército Argentino, para que batieran con sus fuegos nuevamente su propia posición.
Ejecutados esos fuegos y con una gran cantidad de bajas, la 4º Sección siguió combatiendo con su posición parcialmente ocupada por la infantería británica, hasta las 7:15 horas. Fueron cayendo en manos de los enemigos pozo tras pozo, a lo largo de las más de 8 horas de combate cuerpo a cuerpo, hasta que cayó finalmente la posición de la 4º Sección.
De esta manera, la superioridad británica fue abrumadora y, aunque las tropas argentinas abatían al enemigo, siguieron apareciendo más atacantes. Tres de ellos llegaron a la posición del Dragoneante Galarza y del Conscripto Cerles, ultimándolos a tiros. Al ver en la forma en que habían caído sus hombres, el Suboficial Castillo salió de su pozo indignado disparando su arma sobre el enemigo, yendo en auxilio de los heridos. Gritó e insultó matando a sus oponentes, vengando así la muerte de sus hombres, hasta que cayó muerto de un disparo en el pecho.
Murió sin amilanarse, en combate, abriendo senda y transformándose en un vivo ejemplo para los Infantes de Marina. Es por ello que este héroe de la Guerra de Malvinas recibió post mortem la máxima condecoración “La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate” por “Rechazar en forma individual y por propia iniciativa el ataque de una fracción enemiga produciéndole severas bajas, posteriormente perseguirlas y continuar combatiendo en permanente y ejemplar actividad de arrojo hasta ofrendar su vida”.
Fue ascendido post mortem al grado inmediato superior, Suboficial Primero de Infantería de Marina. Como homenaje, la Armada Argentina bautizó con su nombre a un aviso incorporado a la Flota de Mar el 7 de junio de 1994.
El Suboficial Primero Julio Saturnino Castillo fue uno de los NN identificados luego de un estudio llevado a cabo por la Cruz Roja Internacional, a través de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación que obtuvo las muestras de sangre de familiares para un cotejo de ADN, gracias al cual se pudieron reconocer los cuerpos enterrados en el cementerio de Darwin.
Castillo murió en el combate de Monte Tumbledown, al enfrentar cara a cara a los enemigos que habían matado a los soldados que él tenía a su mando, convirtiéndose así en héroe de la Patria, gloria y ejemplo para todos los hombres que integran las filas de las Fuerzas Armadas y, en particular, de su propia Infantería de Marina.
Creado:
9 junio, 2023