La última función del fútbol argentino es de River y Colón en el estadio Único

Todo listo para que en minutos vibre todo en el Único Madre de Ciudades.

Se eriza la piel. Desde los cuatro sectores del estadio se levantan las voces. Gritan y gritan y todavía faltan pocos minutos para el inicio del partido. Es el momento de apagar tanta ansiedad de horas y horas de viaje, de dormir y descansar como se pudo, de “beberse” el calor santiagueño que en este diciembre golpea duro. La Madre de Ciudades se ha teñido de colores rojo, negro y blanco, todo en un radio importante de la capital viste de esos colores. Tonadas diferentes unidas por el sentimiento, por la pasión que solo el fútbol mueve.

Es una batalla. Cada canto de unos tiene una respuesta del otro. Todos se sienten parte de esta fiesta. Todos alientan, todos desatan esa pasión que solo el fútbol genera.

Y suena en los altoparlantes la contagiosa cumbia de Los Palmeras y el estadio explota. A eso vinieron todo: a la fiesta que los muchachos de Dominguez en Colón y Gallardo en River brindarán al público para cerrar el año competitivo. Es todo fiesta.

Así se vive en el interior del estadio Único las horas previas al partido entre River Plate y Colón. En las afueras, miles de almas pugnan por ingresar y ocupar ese sitial de honor que nadie quiere perderse.

Y la espera va llegando a su fin. El Madre de Ciudades ya luce repleto y ante ese marco espectacular jugarán River y Colón buscando el Trofeo de Campeones:

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