Educar para cuidar: un nuevo comienzo en Santiago del Estero con las primeras escuelas verdes
Con la inauguración de la Escuela Nº 1.250 “Papa Francisco” y el Jardín de Infantes Nº 919 en el barrio Parque del Río I, Santiago del Estero inicia una etapa clave en su desarrollo educativo: la integración del cuidado del medio ambiente como eje formativo desde los primeros años de vida.
No se trata solo de edificios nuevos o de sumar bancos y pizarras. Se trata de una transformación profunda en la forma de entender la educación y el futuro. Estas instituciones, las primeras de la provincia con orientación ambiental, forman parte de un modelo de “Escuelas Verdes” que promueven valores fundamentales como la sostenibilidad, el respeto por la naturaleza, la responsabilidad con los recursos y la construcción de comunidades más conscientes.
El hecho de que esta propuesta educativa comience desde el jardín de infantes no es casual: significa sembrar desde la primera infancia una relación sana con el entorno, donde cada niño y niña aprenda que reciclar, reducir y reutilizar no son solo palabras, sino hábitos que pueden cambiar el mundo.
En este nuevo paradigma, la educación se convierte en el primer gran acto ecológico de una sociedad. Y Santiago del Estero, bajo el liderazgo del gobernador Gerardo Zamora, da un paso ejemplar: no solo se construyen escuelas, se construyen cimientos para una provincia más equilibrada, solidaria y sustentable.
El mensaje es claro: cuidar el planeta es también una política pública, y empieza en las aulas. Con docentes capacitados y comprometidos, con espacios preparados para enseñar a partir del ejemplo —como los contenedores de reciclaje o la plantación de árboles—, las nuevas escuelas verdes ya son faros de conciencia ambiental en el sur de la ciudad Capital. Pero su impacto va más allá: son un modelo que puede y debe extenderse a toda la provincia.
La integración de la educación ambiental al sistema escolar no es un accesorio, es una necesidad. En un mundo atravesado por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y el consumo desmedido, formar nuevas generaciones con una mirada crítica y responsable sobre la naturaleza es una apuesta directa por el futuro.
Y ese futuro ya empezó en Santiago del Estero, donde el compromiso con el medio ambiente no se predica desde arriba, sino que se enseña desde abajo, desde el nivel inicial, con amor, con respeto y con esperanza.
Porque educar para cuidar es también cuidar para educar. Y así, la provincia se proyecta como ejemplo nacional de cómo el desarrollo urbanístico y educativo pueden ir de la mano de una conciencia ambiental transformadora.
Creado:
12 mayo, 2025