Santiago del Estero llora al teniente Ignacio Olivera, el héroe de Monte Quemado

La bandera flamea a media asta en Monte Quemado. El viento que acaricia esta tierra parece hoy más pesado, más denso. La noticia sacudió no solo a la provincia, sino al país entero: el teniente Ignacio Emanuel Olivera, oriundo de esta tierra santiagueña, perdió la vida en circunstancias que aún se investigan, mientras cumplía con su deber en la Base Naval Puerto Belgrano, en Bahía Blanca.

Tenía 36 años, pero su vida estaba llena de méritos. Asaltante aéreo, paracaidista, oficial de élite de la Compañía de Comandos 603. Un soldado preparado, firme, vocacional. Un hijo, un hermano, un esposo, un padre. En cada uno de esos roles dejó una huella profunda, como lo muestran los mensajes que su familia compartió, con el alma en la mano.

El teniente Ignacio Emanuel Olivera, oriundo de San José del Boquerón (departamento Copo), perdió la vida el pasado 30 de abril mientras participaba de un ejercicio de adiestramiento en el campo de instrucción “Baterías”, en la provincia de Buenos Aires.

Olivera formaba parte de la Compañía de Comandos 603 con base en Bahía Blanca. Durante una práctica de paracaidismo táctico, el joven oficial sufrió una descompensación. A pesar de haber sido trasladado de urgencia a un centro médico, lamentablemente falleció.

El Ejército Argentino inició una investigación interna y la Justicia Federal también interviene en el caso. La institución expresó su profundo pesar por la pérdida del oficial y destacó su entrega y compromiso con la Patria.

El fallecimiento generó una ola de conmoción en su pueblo natal y entre sus compañeros. Su hermana, Nancy Olivera, médica del Hospital de Monte Quemado, le dedicó una sentida despedida: “Te recordaré siempre por tu pasión, esfuerzo y perseverancia”.

“Pequeño de mi corazón”, escribió su hermana, la doctora Nancy Olivera, desde el Hospital de Monte Quemado donde cada día también entrega su vida al servicio. “Tu alegría contagiosa… hasta que nos volvamos a encontrar”. Son palabras que arden, porque nacen del amor y de una pérdida incomprensible.

Valentina, su esposa, lo despidió con una fuerza que conmueve: “Amor de mi vida, te llevaré siempre dentro de mi corazón. Mi comando, mi infante, mi parac, papá de mi Nico y mi esposo”. Nicolás, el pequeño hijo de ambos, crecerá escuchando historias sobre el valor, la entrega y la sonrisa de su padre. Sobre ese uniforme que no solo vestía, sino que honraba.

La Parroquia San José del Boquerón pidió por su alma, y toda una comunidad se abrazó en silencio, en misas, en rezos, en recuerdos compartidos. Desde las altas esferas del Estado también llegaron palabras. La vicepresidenta Victoria Villarruel expresó sus condolencias en redes sociales, un reflejo del impacto nacional que generó esta pérdida.

Ignacio no murió en una guerra, pero sí en el marco de su vocación más profunda: servir a la patria. Murió entrenando, preparándose, como lo había hecho durante años, empujado por esa convicción que lo llevó lejos de su hogar, pero no de sus raíces.

Hoy Monte Quemado lo llora, pero también lo honra. Las calles que lo vieron crecer, los vecinos que lo conocieron de niño, sus compañeros del Ejército, su familia entera… todos despiden a Ignacio con una mezcla de orgullo y desconsuelo. Porque duele, profundamente duele, que un hijo del pueblo se apague así, de manera tan repentina, tan inexplicable aún.

Pero también reconforta saber que vivió con sentido. Que eligió una vida de compromiso. Que amó, que fue amado, que dejó huella.

Descansa en paz, teniente Olivera. Tu pueblo no te olvida.

Quiero expresar mis condolencias a la familia del Teniente Ignacio Emanuel Olivera de la Ca Cdos 603 fallecido ayer. Acompaño en el dolor a sus seres queridos y al Ejército que lamenta la pérdida de un camarada. QEPD TT Olivera. pic.twitter.com/VQsKmyamlv

— Victoria Villarruel (@VickyVillarruel) April 30, 2025