Cuando subir a un taxi puede convertirse en una odisea para las personas con discapacidad
Conocé la historia de Ana, y el mal momento que vivió con su primo de 7 de años que se desplaza en sillas de ruedas.
Transitar como peatones en Santiago no debería ser una actividad que generara preocupación. Pero lamentablemente, pensar en una ciudad accesible para todos y todas es tan difícil como necesario.
Pero más difícil aún es para aquellas personas que tienen alguna dificultad de desplazamiento, como ocurrió hace poco con Ana E., una joven santiagueña que tuvo que hacer su descargo en las redes sociales tras una lamentable situación vivida.
Ana E. acompañaba a su primo de 7 años -quien se desplaza en sillas de ruedas- y vivió una odisea para conseguir un taxi en la capital santiagueña. “No puede ser que de 8 taxis que paré, los 8 no quisieron levantarme por llevar a una persona en silla de ruedas”, relató desconsolada.
Y continuó con su descargo: “Creí que, por estar en el siglo XXI, la sociedad ya estaría acostumbrada y adaptada a las distintas capacidades, tamaños de cuerpos y formas de ser de las personas. Siento que cada vez vamos hacia atrás, no puede ser que de 8 taxis que pare los 8 no quisieron levantarme por llevar a una persona con silla de ruedas”.
De acuerdo a lo relatado por la joven, los taxis que paró para poder dirigirse al médico para un control de rutina de su primo, aducían que no tenían lugar en el baúl para transportar las sillas de ruedas.
“De 2 taxistas hubiera aceptado, pero 5 eran de Madre de Ciudades y 3 de Santa Rita. ¿Las empresas no se fijan que los autos sean adaptables a todas las situaciones? encima que es unx quien paga por un servicio que no es nada barato para poder viajar más cómodo -relató Ana E.-. Encima no paré a cualquier auto, paraba a alguno que se conocía el modelo y más o menos se podía imaginar la dimensión del vehículo. De última, es una silla que se desarma, pero ni así me ayudaron. Se ve que no necesitan el dinero, pero para acosar mujeres y niñas son los números 1. Gracias a Dios, un señor paro y él acomodó la silla como le pareció más cómodo, pero hasta eso ya habíamos perdido turno con el médico. Espero que mi primo en un futuro cuando camine, pueda estar en una sociedad que se haya adaptado para él. Que estas cosas no las vuelva a sufrir, porque el merece llevar su niñez siendo feliz. Espero que estos señores recapaciten y ayuden al prójimo porque en la vida, todo vuelve”.
Repensar la accesibilidad
El caso que vivió Ana E. con su primo de 7 años, obliga a repensar en qué medida está garantizada la accesibilidad a las personas con discapacidad, y en este caso puntual, es más que necesario avanzar en la adaptación de taxis y radiotaxis para personas con discapacidad y movilidad reducida, con el solo fin de poder hacer más fácil y seguro el transporte de sus pasajeros.
Creado:
26 noviembre, 2021