Un juriense que nunca se fue: Silvio Coria y un gesto que trasciende distancias

Hay distancias que no separan, sino que unen. Hay corazones que, por más lejos que estén, siguen latiendo al ritmo del lugar donde nacieron. Así es Silvio Coria, juriense de alma, quien desde hace años vive en Buenos Aires, pero nunca dejó de pertenecer a su tierra, esa que lleva tatuada en el corazón.

Silvio es enfermero, pero también es un puente entre su presente en la gran ciudad y su pasado entrañable en Juries. Desde su labor diaria en el ámbito de la salud, no solo cura cuerpos: también abraza causas. Y entre esas causas, siempre estuvo su pueblo.

A lo largo del tiempo, ha gestionado y enviado medicamentos, insumos y recursos fundamentales para el hospital local, cubriendo necesidades urgentes con discreción y entrega. Hoy, una vez más, su generosidad se transformó en esperanza: hizo llegar un equipo de oxígeno, una herramienta vital para quienes enfrentan afecciones respiratorias.

Con la humildad que lo caracteriza, Silvio entregó esta donación al intendente Javier Carbajal, quien expresó su más profundo agradecimiento:

“Silvio nunca se fue del todo. Es admirable cómo, a pesar de la distancia, nunca se olvida de su pueblo. Siempre está presente, aportando desde su lugar con acciones concretas que benefician a nuestros vecinos.”

El equipo será destinado al Centro Integrador Comunitario (CIC), donde cobrará un sentido mayor: el de ayudar a respirar mejor a quienes más lo necesitan. Un símbolo de vida, que lleva implícito otro acto de amor a su gente.

En tiempos donde parece que el individualismo gana terreno, gestos como el de Silvio nos recuerdan que el sentido de pertenencia es más fuerte que cualquier distancia. Porque hay quienes se van, pero no se olvidan. Y hay quienes, como Silvio Coria, regresan una y otra vez… a través de sus acciones, su compromiso, y su inmenso corazón juriense.

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