Sentido agradecimiento de Mons. José Corral al concluir los festejos diocesanos
"Ya de regreso a nuestras respectivas comunidades queremos transmitir lo que hemos vivido, prolongar esta alegría con otros hermanos y hermanas, y retomar nuestra misión pastoral con nueva fuerza y entusiasmo", expresó el obispo.
Mediante una carta hecha pública en la tarde del domingo, el obispo añatuyense José Luis Corral agradeció todo lo vivido desde finales de septiembre hasta la fecha, al concluir los festejos por el 60° aniversario de la Diócesis de Añatuya. Textualmente indica en su escrito:
AL ATARDECER…
¡GRACIAS SEÑOR POR TU GRAN BONDAD!
¡GRACIAS POR SER FAMILIA DIOCESANA DE AÑATUYA!
Este fin de semana hemos podido celebrar junto a las comunidades parroquiales de todas las diócesis de Añatuya el encuentro pastoral en la mini asamblea, la misa de acción de gracias por los 60 años presidida por el Nuncio Apostólico en el anfiteatro, la misa en la Catedral donde fue admitido Juan Paz a las órdenes sagradas y realizamos nuestra renovación de compromiso y envío misionero.
Hemos vivido momentos de mucha emoción y de gratitud por el reencuentro, todo ha sido una verdadera fiesta del Pueblo de Dios que celebra su fe y testimonio su vocación cristiana. Hermoso encontrarnos obispos, sacerdotes, religiosas/os, laicos como un solo cuerpo y con una misma alma.
Damos gracias a Dios por este gran regalo; gracias a todos los que han hecho posible estos días de encuentro, unos viniendo de lejos y participando con entusiasmo y otros organizando y acogiendo hospitalariamente como buenos anfitriones y servidores. Han sido muchas las personas, las manos y los recursos que se han comprometido para hacerlo posible. A todos un inmenso gracias y que el Señor les retribuya tanta generosidad y dedicación.
Ya de regreso a nuestras respectivas comunidades queremos transmitir lo que hemos vivido, prolongar esta alegría con otros hermanos y hermanas, y retomar nuestra misión pastoral con nueva fuerza y entusiasmo.
La fiesta en su expresión externa ha sido como un momento para hacer un alto en el camino, para conectarnos con la memoria y para proyectarnos hacia delante. Ahora quedamos gustando y sintiendo interiormente todo lo acontecido y sacando de esta fuente nueva inspiración para seguir anunciando a Jesucristo y sirviendo en su Iglesia.
Queremos renovar nuestro compromiso misionero del bautismo y dejar en resonar en nosotros su envío, la encomienda y mandato que nos deja:
– Vayan por todo el mundo y anuncien la Buena Nueva a toda la creación, sanen a los enfermos y digan a su gente: El Reino de Dios ha venido a ustedes. Vayamos en su Nombre a anunciar, a servir, a sanar, a expulsar demonios, a invitar a la mesa de su banquete. El amor nos pone en movimiento, tenemos del tesoro del Evangelio que es como fuego en nosotros para compartir el testimonio más hermoso y esperanzador. No tenemos recetas ni instructivos para repetir y repartir a las nuevas generaciones, solo tenemos lo que hemos visto y oído y que no lo podemos callar.
Hoy nos toca a nosotros hacernos cargo de la misión que el Señor pone en nuestras manos seamos discípulos misioneros generosos y alegres del Evangelio para que alcance, sin demoras y sin límites cada rincón de nuestros pueblos, para llegar a tantas vidas que se encuentran sedientas de bendición.
Volvamos a ungir todo y a todos con el óleo de la alegría y el bálsamo de la salvación; así nos transformamos en servidores de la esperanza y sembradores de misericordia. Sigamos caminando juntos como hermanos acompañados por la presencia amorosa y maternal de la Virgen María. Bendecido Jubileo y que el Señor nos conceda su gracia de hacer fructificar todo lo vivido.
+ José Luis Corral, SVD
Creado:
11 octubre, 2021