Los Pibes de Colonia Osvaldo, un equipo de fútbol de amigos para crear nuevas oportunidades
Fue Lionel, aleas “Sacha”, el que comenzó a juntar a sus vecinos del barrio y a entrenarlos para armar el equipo. “Sacha” tiene apenas 13 años y ya tomó la posta para sacar a sus amigos de la ruta (Avenida de Circunvalación) y del canal que forman parte de los principales entretenimientos que tienen.
En la “Capital de la Tradición” existen muchos equipos de fútbol infantil nacidos en el corazón de algunos barrios y que no están enmarcados en la actividad de las escuelitas que todos conocemos. A veces un vecino, otras veces un papá o mamá o algún allegado al barrio se encarga de motivar a los pequeños y encolumnarlos detrás del fútbol.
En una esquina del populoso barrio Colonia Osvaldo nacieron hace poco más de un año Los Pibes. Ellos mismos decidieron llamarse así para identificar su lugar en el alimentan diariamente sus sueños. Pero esta vez, no fue un adulto el encargado de tomar la posta y llevar adelante la motivación de los niños. Fue Lionel, aleas “Sacha”, el que comenzó a juntar a sus vecinos del barrio y a entrenarlos para armar el equipo. “Sacha” tiene apenas 13 años y ya tomó la posta para sacar a sus amigos de la ruta (Avenida de Circunvalación) y del canal que forman parte de los principales entretenimientos que tienen.
Yesica Sarco es una de las madres que se sumó a “Sacha”. “Ellos se formaron con esa idea de dejar de estar en la ruta o en el canal que son lugares peligrosos. Se formaron gracias a “Sacha” que los empezó a reunir y luego nos sumamos yo y mi hermana. Los apoyamos, los sacamos a jugar y andamos con ellos porque queremos que se diviertan sanamente”, contó Yesica.
Para ellos es un orgullo contar que hace pocas semanas atrás fueron invitados con dos categorías a jugar un torneo reducido y haber sido campeones en la 2010.
Carencias
La primera carencia que tienen es que “no tienen un entrenador”. Son pocos los padres que andan y no hay un adulto que les enseñe. Esa tarea la realiza el propio “Sacha” a pesar de su corta edad y sus amigos le hacen caso.
Cuando arrancaron alguien les donó una pelota, pero por el uso y el tiempo se rompió. Por lo tanto, no tienen pelotas para entrenar. Pelotas, conitos e indumentaria para entrenar es lo que necesitan para desandar sus entrenamientos diarios en la canchita del barrio por lo que solicitan a la comunidad añatuyense una manito para continuar con el sueño de seguir creciendo.
“Soñamos que sigan creciendo, que sean buenas personas y buenos futbolistas y no personas malas. Hoy el fútbol los ha sacado un poco de su realidad y les ha abierto nuevas oportunidades”, dice con orgullo Yesica.
