Contaminación industrial en Santiago del Estero: Un problema recurrente y persistente
El reciente vuelco de efluentes industriales desde Tucumán hacia la localidad de El Palomar, en el Departamento Jiménez, Santiago del Estero, ha reavivado la preocupación por la contaminación que afecta a esta región desde hace años. A pesar de los intentos por minimizar el incidente por parte de autoridades tucumanas, quienes afirmaron que solo se trataba de «agua con barro» provocada por las fuertes lluvias, las pruebas y testimonios locales sugieren una historia distinta, ligada a una problemática recurrente.
Contaminación Industrial Recurrente
Este tipo de contaminación no es un hecho aislado. Santiago del Estero ha sido históricamente receptor de los desechos industriales provenientes de la vecina provincia de Tucumán, afectando no solo la calidad del agua, sino también la salud de sus ecosistemas y de sus habitantes. La llegada de efluentes industriales, incluyendo vinaza y cachaza, residuos del proceso de producción de azúcar y alcohol, ha causado problemas ambientales graves, como la mortandad de peces en los cursos de agua afectados, dejando un impacto devastador en la biodiversidad local.
Uno de los ejemplos más graves ocurrió en 2013, cuando millones de litros de vinaza pura fueron vertidos al mismo canal interprovincial que hoy vuelve a generar preocupación. En aquel momento, se llevaron a cabo investigaciones judiciales que culminaron con la condena de empresarios tucumanos por delitos ambientales. Sin embargo, los efectos de la contaminación, como la proliferación de espumas tóxicas y el olor penetrante a cachaza, siguen siendo una realidad en El Palomar y otras localidades afectadas.
La Respuesta Oficial
El gobierno tucumano, a través de su Secretaría de Producción y Medio Ambiente, aseguró que las inspecciones realizadas no encontraron residuos compatibles con vinaza, argumentando que el fenómeno se debió a las lluvias intensas y la escorrentía superficial. Según ellos, el agua transportada por los canales era simplemente «agua con sedimentos», es decir, barro arrastrado por las lluvias. Sin embargo, las declaraciones del comisionado de El Arenal, Carlos Sierra, contradicen esta versión. Sierra afirmó que el agua presentaba el olor característico de la cachaza y una espuma que no es típica del arrastre de sedimentos, sugiriendo la presencia de residuos industriales.
El Palomar y sus alrededores han sufrido históricamente las consecuencias de la contaminación proveniente de Tucumán. La mortandad de peces es solo uno de los síntomas visibles de un problema más profundo que afecta los recursos hídricos y la salud de las personas. Estos efluentes no tratados no solo contaminan los ríos y canales, sino que también ponen en riesgo las actividades económicas de la región, como la agricultura y la ganadería, que dependen de agua limpia y ecosistemas saludables.
A lo largo de los años, Santiago del Estero ha lidiado con la falta de soluciones definitivas a este problema. A pesar de los fallos judiciales, las apelaciones y la burocracia han retrasado la implementación de medidas de reparación. Mientras tanto, los efectos de esta contaminación continúan acumulándose.
El caso de El Palomar es solo la manifestación más reciente de un problema crónico. La llegada de efluentes industriales desde Tucumán sigue representando una amenaza para el medio ambiente y la salud de los habitantes de Santiago del Estero. Aunque las autoridades aseguran estar trabajando en soluciones, la historia reciente demuestra que el daño ya ha sido hecho en múltiples ocasiones. Es imperativo que se implementen efectivas y sostenibles para evitar que este tipo de contaminación siga ocurriendo en el futuro y para preservar los recursos naturales de la provincia, que han sido severamente afectados por la negligencia y el incumplimiento de normas ambientales.
Creado:
15 octubre, 2024