Un centro de investigación de especies nativas, estudia el gran potencial del algarrobo

El ingeniero agrónomo Mauricio Ewens, de la Estación Experimental Fernández trabaja dentro de una gran red de más de 80 investigadores del INTA, universidades nacionales y del extranjero.

En la Estación Experimental Fernández, el vivero que funciona como centro de investigación de especies nativas, analiza el gran potencial aprovechable del algarrobo, y en especial, el blanco o “prosopis alba”.

El ingeniero agrónomo Mauricio Ewens es su director. Sigue los pasos de su padre, otro apasionado de los bosques nativos.

Este apasionado ingeniero trabaja dentro de una gran red de más de 80 investigadores del INTA, universidades nacionales y del extranjero. El vivero también funciona como centro de divulgación pública, donde se realizan visitas guiadas.

En una entrevista con Bichos de Campo, el profesional dijo que “se están haciendo ensayos en varias parcelas, sobre el desarrollo ganadero del semirárido. Vamos a medir la producción de biomasa forrajera ante distintos grados de sombreamiento de las plantaciones de algarrobo”.

¿Por qué el interés en el algarrobo para sistemas silvopastoriles? “Porque es la especie ideal en esta región para ese uso -resaltó-, y porque ejerce la función de paraguas protector ante condiciones ambientales extremas. Es como una media sombra que genera bienestar animal en los veranos con un calor que supera los 40 grados. Además, produce forrajes tiernos y, por esa misma protección, que no es total sino mediana, al dejar pasar un poco de luz solar, permite que crezca un poco de forraje en los inviernos y al mismo tiempo impide que lo quemen las heladas invernales”.

Explicó incluso que el algarrobo blanco o “propsopis alba”, “es una leguminosa que aporta nitrógeno al suelo, que fertiliza la pastura y se nota, porque toma un color verde más intenso. Además, deja caer las vainas de algarroba, que aportan materia orgánica”.

También, Ewens habló de la necesidad de implantar bosques de algarrobo, para uso maderero, que muy bien puede ser combinado con el silvopastoril. La parte oscura de su tallo se desarrolla tempranamente, a diferencia de otras especies, que tardan más. Y hoy existe tecnología y maquinaria para aprovechar pequeñas trozas, porque ya a los 8 años, el 66% de su corteza es durable, por lo que ya se puede aprovechar para distintos usos”.

“A los 22 años llegamos al máximo de su aprovechamiento, con diámetro de 45 centímetros a la altura de un metro y medio, aproximadamente. Y como naturalmente crece de modo similar

a un arbusto, con una gran ramificación, mediante una poda, lo convertimos rápidamente en una planta de un solo eje (tronco), y que el mismo, dispare hacia arriba”, resaltó.

Como alimento

Ewens dijo que, al fruto, la algarroba, “le podemos dar un destino para consumo humano, con la harina, hay un nicho de mercado, para diabéticos y celíacos. Además confiere un sabor

especial a otras harinas con poco gusto, como la de arroz. Y para los animales, como forrajero”.

Fuente: https://bichosdecampo.com/el-ingeniero-forestal-mauricio-ewens-investiga-las-mil-caras-del-algarrobo-la-especie-nativa-puede-aportar-alimento-madera-o-ser-socia-estrategica-de-la-ganaderia/

Más Noticias de hoy